Por Rosa María Espinoza
CONCEPCIÓN, enero 15.-
Enrique Saavedra fue tentado por uno de sus vecinos que había ganado dinero y se sumó a una “célula” para ser beneficiado por el juego que está causando furor en Concepción. Así pasó a ser un ‘Celulais’ término con el que se conoce a los que participan en este negocio, en el que nadie queda fuera y, según su testimonio, ya tiene involucrado a por lo menos la mitad de la población penquista.Saavedra entregó a Terra.cl detalles de los alcances de “La Célula” en la Octava Región, donde –asegura- hay personas que juegan en varios grupos, otras que prestan dinero para que los que no pueden participar lo hagan, amigos que se cubren entre ellos cuando les falta un integrante y mucha gente que ya ha ganado dinero, por lo que se ha convertido en el comentario obligado en todas las familias.“Acá en Concepción yo creo que está participando prácticamente la mitad de la ciudad, por lo menos, y el 90 por ciento esta comentando el tema, en la hora de almuerzo, en todos lados. Unos vecinos ya ganaron y ellos me inscribieron. Al principio se miró con mucha desconfianza, como el asunto de los quesitos y cosas así, pero después se dieron cuenta de que los de al lado estaban ganando plata y daba un poco de rabia, porque todo el mundo estaba ganando plata y era tan fácil. No estamos hablando de que era gente elegida ni nada, si no que era gente común y corriente que estaba ganando plata”, explica Saavedra, quien cuenta como fue la génesis para su posterior participación en el juego.“La Célula” ofrece a los involucrados multiplicar un pozo de dinero hasta en ocho veces, sin la necesidad de realizar trabajo alguno. Consiste en que un grupo de ocho personas se reúne con un aporte de 100 mil pesos, aunque también hay rangos de inversión más altos. En una primera ronda, quien tuvo el papel de convocar a los interesados –denominado "el núcleo"-, u otra persona acordada por el grupo, se lleva todo el dinero, es decir los $800 mil
Los restantes siete deberán traer, cada uno, a dos nuevos integrantes a la célula, quienes también aportaran con sus $100 mil pesos, juntando los $800 mil que le corresponden en orden a los integrantes más antiguos y que quedaron rezagados tras la partida del núcleo. La cadena continúa y el dinero va llegando a los participantes.
“Son varias cadenas. Todo partió de lo mismo y se fue ramificando y la gente se está conociendo entre ellos, porque hay personas que están participando en cuatro células distintas, incluso hay gente que dice ‘yo te tapo por el lado de tu célula y tu me tapas en la mía’ . Hay quienes ingresan sin poner plata, porque hay otros que le dicen ‘te necesito para seguir la escala y yo te presto la plata y cuando tu cobres los $800 mil me los devuelves’. Hay gente que en una semana ya está cobrando la plata”.
Enrique dice que, ahora que el tema apareció en los medios, el sistema es más rápido, porque los involucrados tienen temor a que se corte la cadena en cualquier momento y quedar sin dinero, “entonces se juntan en la mañana y en la tarde ya tienen a la mayoría reunido y en dos días está terminada”.
Lo insólito del juego, además de la confianza que la gente tiene para involucrarse es que, según cuenta este “celuláis, todo comenzó hace pocas semanas, no más de un mes, y en los últimos días se convirtió en un fenómeno. Todo el mundo habla de “La Célula”, es tema obligado en cada casa, e incluso relata como anécdota que una amiga le dijo que estaba enferma, pero que se levantaría de su cama sólo para ir a dejar su dinero a una de estas cadenas.
“Hay mucha gente que se repite, entonces, si quedan para el final ya han ganado antes y finalmente no van a perder, y yo creo que son pocos los que pueden perder sin haber ganado nada”.
Entre todo este furor, el término celuláis nació en forma espontánea siguiendo la moda de las tribus urbanas. No se encontró entre los participantes mejor manera de bautizar a los miles de chilenos que se vieron tentados con el juego, que aunque por ahora resulte podría convertirse en una estafa masiva pues muchos corren el riesgo de perder su dinero, como ya advirtió la Brigada de Delitos Económicos de la Policía de Investigaciones
“Son varias cadenas. Todo partió de lo mismo y se fue ramificando y la gente se está conociendo entre ellos, porque hay personas que están participando en cuatro células distintas, incluso hay gente que dice ‘yo te tapo por el lado de tu célula y tu me tapas en la mía’ . Hay quienes ingresan sin poner plata, porque hay otros que le dicen ‘te necesito para seguir la escala y yo te presto la plata y cuando tu cobres los $800 mil me los devuelves’. Hay gente que en una semana ya está cobrando la plata”.
Enrique dice que, ahora que el tema apareció en los medios, el sistema es más rápido, porque los involucrados tienen temor a que se corte la cadena en cualquier momento y quedar sin dinero, “entonces se juntan en la mañana y en la tarde ya tienen a la mayoría reunido y en dos días está terminada”.
Lo insólito del juego, además de la confianza que la gente tiene para involucrarse es que, según cuenta este “celuláis, todo comenzó hace pocas semanas, no más de un mes, y en los últimos días se convirtió en un fenómeno. Todo el mundo habla de “La Célula”, es tema obligado en cada casa, e incluso relata como anécdota que una amiga le dijo que estaba enferma, pero que se levantaría de su cama sólo para ir a dejar su dinero a una de estas cadenas.
“Hay mucha gente que se repite, entonces, si quedan para el final ya han ganado antes y finalmente no van a perder, y yo creo que son pocos los que pueden perder sin haber ganado nada”.
Entre todo este furor, el término celuláis nació en forma espontánea siguiendo la moda de las tribus urbanas. No se encontró entre los participantes mejor manera de bautizar a los miles de chilenos que se vieron tentados con el juego, que aunque por ahora resulte podría convertirse en una estafa masiva pues muchos corren el riesgo de perder su dinero, como ya advirtió la Brigada de Delitos Económicos de la Policía de Investigaciones
FUENTE:TERRA.CL
No hay comentarios:
Publicar un comentario